sábado, 26 de enero de 2013


Los misteriosos vinos suizos

Al pensar en Suiza, un exquisito chocolate, un romántico fondue y una emocionante escapada a esquiar pueden ser algunos de los placeres que nos vienen a la mente. Pero aunque sus exquisitos vinos son también especialmente gratos, pocos pueden darse el gusto de disfrutarlos fuera de este hermoso país.
En un país con notables influencias francesas, alemanas e italianas, es lógico que sus vinos resulten muy interesantes; y aunque poco conocidos, se trata de un país con una larga historia vinícola que se remonta al menos hasta los días de la Antigua Roma. La razón por la que el vino suizo resulta tan misterioso para el resto del mundo, es que tan solo cerca de dos por ciento de la producción total se exporta (y eso principalmente a alemania), dejando prácticamente todo el vino para el consumo interno (¡a los suizos les encanta su propio vino!).
Existen aproximadamente 15 mil hectáreas destinadas al cultivo de Vitis vinifera, concentradas principalmente al sur y oeste del país. Se cultiva tanto uvas blancas como tintas, un poco más de estas últimas (aproximadamente 58%).
Las cepas más plantadas en Suiza son la pinot noir, seguida de la chasselas, y en menor escala algo de gamay, merlot, sylvaner, petit arvine, y otras cepas regionales. Además de producir blancos, tintos y rosados tranquilos, en Suiza se produce un vin des glaciers, de elaboración similar a la del jerez.
Si alguna vez se les presenta la posibilidad de obtener un vino suizo, no duden en aprovecharla; será una experiencia que pocos fuera de Suiza logran disfrutar, y que vale la pena experimentar.

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