Con la hermosa frase La primavera de oro de los
araguaneyes identificaba Rómulo Gallegos la llegada de la primavera en los
llanos y sabanas de Venezuela. Y es que, «en el período de la floración todo el
campo, todos los caminos toda la geografía patria parece rendir pleitesía a la
belleza de este árbol que luce en el bosque, a lo largo de nuestros caminos, en
el interior de nuestras viviendas, como una diadema de oro. Es que el araguaney
se hizo emblema del pueblo venezolano». El 29 de mayo de 1948 se declara el
araguaney Arbol Nacional. El araguaney es un árbol autóctono y su altura oscila
entre 6 y 12 metros. Su tronco es recto, cilíndrico y de unos 60 centímetros de
diámetro. La floración se presenta durante los meses de febrero a abril, cuando
está totalmente desprovisto de hojas. Las semillas están maduras al comenzar
las lluvias, lo que permite la germinación en un gran número de semillas.
El araguaney (Tabebuia chrysantha), también
conocido con los nombres de guayacán, roble amarillo, cañahuate y tajibo en
Colombia y Bolivia, es un árbol nativo de las selvas tropófilas de la zona
intertropical americana. Es el árbol nacional de Venezuela. Sin embargo, el
nombre de guayacán se aplica en Venezuela al Guaiacum officinale, árbol de las
zigofiláceas (Zygophyllaceae). El araguaney crece en los bosques tropófilos de
los llanos venezolanos, en áreas de clima Aw e incluso BS (intertropical
semiárido) según la clasificación climática de Köppen, en las zonas semiáridas
del norte de Venezuela, así como de otros países americanos. Su floración, que
deja una alfombra de flores amarillas, así como su fructificación, se producen
durante la época seca (de febrero a abril), de manera que las semillas de las
legumbres puedan aprovechar las primeras lluvias, aunque en Ecuador el
afloramiento se produce en invierno a comienzos de enero. Se distingue por una
floración masiva, que se presenta fulgurante luego de botar sus hojas por la
sequía. La floración se presenta durante
los meses de febrero a abril, cuando está totalmente desprovisto de hojas. Todos los individuos del área florecen
sincronizadamente, unos cuatro días después de una de las escasas lluvias que
nos sorprenden en medio de la sequía. La
floración masiva es muy atractiva para las distintas abejas que las polinizan y
para los tucusitos y otros pájaros que le roban el néctar. Las semillas están
maduras al comenzar las lluvias, lo que permite la germinación en un gran
número de semillas.
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